jueves, 5 de mayo de 2011

Antifaz.

Hoy no necesito inspiración para relatar cómo van trascurriendo los hechos.

Los mismos protagonistas y casi los mismos personajes secundarios han sido citados en el mismo escenario y a una hora similar a la de hace casi siete días. El argumento, por suerte o por desgracia, será diferente. Sólo el azar y el destino saben qué se traen entre manos estas vulgares marionetas de la sociedad.

Increíble tener que actuar, tener que disimular, tener que fingir. Tras horas y horas de nerviosismo y de indirectas y comentarios dejados en el aire y entre algunas conversaciones alentadoras y agradables, se acerca veloz el día del estreno. Es hora de sacar a la luz mi nueva máscara, mi antifaz de miedo, de vergüenza hacia mi persona, de represión, de "normalidad".

Un ejercicio de relajación antes del gran día. Imaginaos la situación más odiosa en la que os hayáis planteado estar. Ésa en la que dijisteis, "¿yo?, yo nunca actuaré así" o "¿yo?, yo siempre con la verdad por delante, a mí los demás me dan igual". No os engañéis, nunca actuaréis así, el resto de gente que se mueve a vuestro alrededor importa, y no sabéis cuanto.


3 comentarios:

  1. Cuesta... pero con calma... en cuanto te auto-afiances todo irá como la seda y estas cosas estupidas, sí que carecerán de importancia.

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  2. Lo mejor de todo es tener a gente cerca que piense como tú.

    Tengo suerte. :)

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  3. Teniendo en cuenta la realidad en la que vivimos y tus propias circunstancias, yo creo que te estás desenvolviendo estupendamente bien. De hecho, el hecho de que no soportes el antifaz (aun habiéndolo llevado durante poquito tiempo) no dejará que lo lleves puesto mucho más, y pienso que el quitártelo va a ayudar a forjar un poco más tu autoconfianza. Sólo hace falta que caigas en la cuenta de que quien te juzgue con esa vara no merece consideración.

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