sábado, 31 de julio de 2010

Because the world is round, it turns me on.

Caminos que no llegan a ninguna parte, sonrisas descontroladas, vidas separadas que se juntan. Hay muchas formas de matar el tiempo, de contar los días, de ver pasar las horas. Lo inesperado puede ser a veces la mejor forma de hacerlo. Nada tiene sentido, costumbres, casas, ciudades, lugares, contrarios los unos con los otros, que empiezan haciéndose de rogar y acaban provocando una ambición insaciable.
Mientras todo esto va sucediendo, el resto de la humanidad sigue con sus vidas, no se dan cuenta, siguen absortos en sus trabajos, en sus compromisos, no se paran a pensar en lo que son, en lo que realmente importa. Pero claro, qué van a pensar si en realidad, cuando de verdad lo entiendes, nada importa. Cada detalle, por minucioso que sea, se vuelve el doble de intenso, en cada aspiración notas como cada parte de tu cuerpo sigue su rutina, no los controlas tú, te controlan a ti, porque, de repente lo puedes ver todo desde fuera, tus manos son las de un extraño, ya no sientes el roce de la hierba en tus dedos, como si te hubieras liberado de tu cuerpo. Y cuando parece que ya no puedes perder más el control, te pesan los párpados y no puedes remediar cerrar los ojos, no estás cansado, pero tampoco te sientes con fuerzas para luchar contra el más minúsculo estímulo...todo parece volver a la normalidad.
Pero eso es una simple sensación, porque es a partir de ese momento cuando las pupilas se dilatan hasta cubrir totalmente el iris al reconocer que no hay más realidad que esa, que no puede haber otro presente más tangible que presenciar el ocaso admirando un gigante en forma de A, o atravesar aquel muro que separó dos mentalidades, ahora convertido en una exposición de talento artístico. Incluso pasear, de un lado a otro a la vez que millones de transeúntes, por un puente construido a base de huevo, se hace impensable, o poder observar el proceso de formación de artistas que relatan su evolución en lienzos.
Sólo unos pocos afortunados tienen esa oportunidad. Y menos mal que es así, porque no me gustaría imaginarme a un obseso del placer y de la ebriedad (menos a Mozart), paseándose por una ciudad sacada de un cuento medieval, o por una galería en forma pirámide, o por el lecho de muerte de millones de personas que fueron juzgadas y tratadas como a animales a punto de ser sacrificados y que su único lugar de salida era ``el sector Z´´, en general, por cualquier rincón que merezca algo más que una visión superficial.
Me consuela el estar segura al cien por cien de que he conseguido exprimir, hasta el más mínimo detalle, de cada sitio, de cada placer, de cada sensación, en definitiva, de estos últimos e indescriptibles días.

viernes, 16 de julio de 2010

Perdiéndolo casi todo.

''Puedes hacer todo lo que te propongas'', ''podrías aprender de algunas personas que te rodean''.
Muchos pensarán que no tengo derecho a quejarme, pero aquéllo que hice no sirvió para nada, ni quedarme aquí, ni intentarlo, nada. Sólo sirvió para hundirme más y más y más...
Lo gracioso es que eso no lo ve nadie, y en seguida empiezan a acusarme de cosas que no he hecho y se piensan que soy de piedra, que paso de todo, que me resavala cualquier cosa. Espero que algún día puedan ver lo equivocados que estaban, espero que con lo de hoy se lo haya podido desmostrar, al menos, un poco.
No me voy a quitar culpa, he hecho casi todo mal desde que empezó este año, pero lo pasado pasado está, no hay que darle más vueltas, se supone que aprenderé. Pero el problema es que los demás se han quedado con eso, con que soy una egoísta, con que no me importa nada ni nadie, con que no me intereso por los que me rodean, es decir, totalmente diferente a lo que soy. Pero no me sale...no me sale decir, más bien, no soy capaz de decir, ''qué tal, cómo lo llevas'' o ''lo siento, no volverá a pasar, no te preocupes, la próxima vez te llamaré más'', de hecho lo estoy pensando ahora, y tengo el corazón en un puño y un nudo en la garganta. Lo peor de esto es que, a esa gente si se lo debo, le debo todo eso que no soy capaz ni de susurrar.
Me siento tan inútil, sobro, no quiero nada más que despertarme.
No es justo que después de tantas veces, esta me afecte mucho más y para una vez que necesito tiempo para mí, ellos crean que me son indiferentes. No es justo que después de todo, no haya salido bien nada. No es justo que por una vez que no hagas algo te tachen de ello. Entonces, yo me pregunto, ¿de verdad es justo lo que voy a pasar dentro de a penas dos días?, ¿de verdad me lo merezco?. Sea cual sea la respuesta, espero que mi actitud cambie, que ese telón negro que cubre mis ojos se vuelva transparente, que sea la inversión mejor aprovechada de toda mi vida y que no decaiga, como lo estoy haciendo ahora.

martes, 13 de julio de 2010

[Insert word] influenciable.

Si de verdad pensabais eso, si de verdad estabais tan seguros de que ese era mi talón de Aquiles, entonces creo que os aprovechasteis. No sé si alguna vez pudisteis comprobar lo que cuesta empezar de cero, estoy segura de que sí, es más, tú lo deberías saber perfectamente, y yo...yo no te juzgué, yo me limité a convertirme en uno de tus pilares más firmes, te guardé lealtad y lo que es más importante, dentro de mí, mantuve siempre un hueco, un grandísimo hueco para ti y tu nueva vida. Y tú, siempre aparentando la madurez que en realidad cuesta creer que tienes.
Entre vosotros habéis conseguido que dude incluso de mi sombra, que me arrepienta, en momentos de crisis, de algunos de mis actos (en realidad de uno en concreto), que me convierta en alguien que no soy. Ahora cada vez que oigo a alguien hablar de dependencia, no sé qué pensar, si darme por aludida, convencerme de que en realidad no son más que conjeturas vuestras. Quiero pensar que es lo segundo, y cada vez estoy más convencida de ello, pero la duda, esa escurridiza y temible enemiga, creo que siempre va a estar pisándome los talones

jueves, 8 de julio de 2010

Pura coincidencia.

Desde algún sitio, probablemente bastante lejano, alguien se propuso hacer mi vida. No me malinterpretéis, yo manejo todo lo que está a mi alcance, tomo decisiones, emprendo caminos, metas. Pero dentro de todo lo que se supone que cada uno controla en su vida, son todo coincidencias, una detrás de otra, tus preferencias, lazos, entorno, suerte, destino, no son nada más que casualidades.

En realidad yo escribo esto porque sé que es verdad, pero no opino así. Bueno, en realidad, sí, quiero decir, me gustaría pensar que no, que todo lo que me rodea y pertenece lo elegí yo y que no son una serie de acontecimientos sin ninguna unión coherente y que incluso con el paso del tiempo, serán seguidos por otros, y así hasta que a la persona de aquél lugar remoto del que os hablé al principio diga: ‘’ya basta, este pequeño ser perteneciente a este gran universo ya ha sufrido, disfrutado y aprendido suficiente, pensemos que puedo decidir para el siguiente.’’

Que triste; amar, reír, llorar, jugar, caminar, discutir, en definitiva, vivir con pasajeras coincidencias.

La solución fácil y rápida sería evitar las coincidencias, pero es imposible, además de cobarde. Enfréntate a tus miedos, no huyas de ellos. Sin tomar como enfrentamiento darles más importancia de la que tienen, porque a la hora de la verdad, pasará lo que tenga que pasar y esa decisión que tomaste por casualidad, cambiará tu vida, y entonces pensarás: `` ¿tanto reflexionar para que en un segundo mi destino cambie?, no vale la pena.’’

Es muy fácil decirlo, ¿eh?, intentar no pensar es lo difícil, porque ya se sabe que las coincidencias te marcan, y quiero pensar que eso no es por casualidad.

miércoles, 7 de julio de 2010

No es necesario.

No me grites, no me levantes la voz, porque sin eso también soy capaz de funcionar. Tus voces atronadoras son como guadañas de hoja afilada que me dividen en dos partes, rabia e impotencia. Por suerte, aunque nadie lo crea, soy capaz de controlar mi mitad que grita de rabia. Pero tú sigues en tus trece, no me escuches, total, no sirve de mucho, porque siempre hago mal las cosas, es normal, según tú no pongo interés, tampoco ofrezco mi ayuda.
Bah!, nada, no sirven nuestros monólogos, porque efectivamente, sólo hablas tú. Pues nada, esta pared con la que dices que hablas seguirá así, haciendo lo que ella cree conveniente, es decir, lo que de verdad es correcto, callándose (las paredes no hablan) y manteniendo, más que nunca, su barrera, provocada no-se-sabe-por-que, pero que nadie será capaz de atravesar.

lunes, 5 de julio de 2010

Tocada y hundida.

Así es como estás cuando ves que alguien te arrebata lo que te pertenece, cuando sabes que por mucho que grites no lo harás lo suficientemente alto como para que de verdad alguien te entienda, cuando ves todo desde fuera y te sientes impotente al no poder arreglar nada, o cuando personas que creías más fuertes que tú se desomoronan ante tí, ahí es cuando te das cuenta de que nos arrodillamos ante cualquier tipo de dolor, de que somos extremadamente frágiles.

viernes, 2 de julio de 2010

A veces es bueno arriesgarse.

Creo que una de mis aficiones, si se puede denominar así, durante el verano, es dar largos paseos al caer la noche, sobre todo por algún parque perdido entre la rutina de la ciudad. A veces me gusta pasear sola, te ayuda, reflexionas mientras observas detenidamente cada hoja de cada árbol. Últimamente, tengo la sensación de estar dando una caminata continua y pesada, que no sirve nada más que, para que mis más destacados fallos y pesadillas salgan a la luz de mi memoria. Hoy, muy a mi pesar, mi mente me ha llevado a pensar en decir adiós, y aunque las despedidas sean uno de los peores momentos en los que se puede ver un ser humano, pueden significar el comienzo de lo inesperado.
Durante mi diálogo conmigo misma, lo que más me irritó fue, darme cuenta de que, por culpa suya no había podido continuar mi camino junto esas personas, que habían conseguido a base de juegos, abrazos, risas y música, llenar mi vida de alegría durante los que fueron,sin duda, los mejores siete años que he podido pasar.
Todo empezó ése año. Antes de que cayera el estío, yo ya sabía que esos lazos tan aparentemente fuertes se iban a deshilvanar con una facilidad asombrosa, pero, a pesar de eso, yo me mantuve indiferente, firme. Con el desvanecimiento de las hojas, también se desvanecieron mis ilusiones, así que me decidí, aquél 1 de noviembre, a acabar con algo que no tenía ninguna cabida en mí. Y de repente, mi mundo se derrumbó, como lo hace cualquier monumento al perder a sus soportes más fuertes. Eso fue el resultado de un cúmulo de riesgo, individualismo y estima por mí misma.
Lo que no me podía ni imaginar es que, al cabo de más o menos un año, esa página a la que yo había dado esquinazo hace justo doce meses, estaba casi superada, y me encontraba pasando una madrugada, un amanecer y una noche en unas circunstancias que mi cerebro no hubiese sido capaz de procesar en ese momento.
Lo peor de la caminata de hoy, darte cuenta de que todos los buenos recuerdos y momentos que has pasado con alguien que ya no está, se convierten, al recordarlos, en algo doloroso y frío, que por miedo a afrontarlo, lo evitas inconscientemente, si no, miradme a mí. Lo más reconfortante del paseo bajo las estrellas de hoy, saber que hay veces que, arriesgarse puede ser tan extremadamente beneficioso, que puede incluso convertirte en quién eras en realidad y en quién has querido ser siempre.