martes, 31 de agosto de 2010

Por fin, la cruda realidad.

Un sentimiento nacido de la inocencia, de la inmadurez. Algo pasajero, efímero, como casi todo lo que se forja con una rapidez y sobre unos cimientos casi imperceptibles. Únicamente visibles para aquéllos que fuerzan su pupila hasta que la hacen creer lo quieren, no lo que hay, como el nuevo traje del emperador.
Segundas partes nunca fueron buenas, o eso han creído escuchar mis oídos. No lo comparto, aunque reconozco que me hubiera gustado más empezar con otro tipo de fragmento, pero, como todo ser racional sabe, es imposible luchar contra el subconsciente, porque al final acaba aflorando por el signo de puntuación mas insignificante.
Mientras tanto, soñemos. Dejemos que eso que anhelamos se haga realidad por un momento, sin que haga falta plasmarlo, porque, aunque coseguimos hacerlo más real cuando lo manifestamos por cualquier medio, a veces no hace falta. Si una idea se origina en tu cerebro no hace falta nada más para hacerla veraz, sólo creer en ella. Yo creí en tí, pero en cualquier lazo hay dos partes, y si una de las partes no cree firmemente en esa idea, no sirve de nada, se desmorona, se derrumba, se hace pedazos hasta desaparecer completamente... sin dejar rastro.
Segundas partes nunca fueron buenas, y yo, alma inocente, empecé una sin saberlo. Espero equivocarme, espero estar haciendo un juicio atrevido y sin ningún tipo de valor... espero que tú no te equivoques.
No ansío nada más que poder comprobar que todo lo anterior son simples afirmaciones sin ningún tipo de prueba que las verifiquen.
Efectivamente, sólo han sido juicios hechos por un simple arrebato de tristeza. El lazo sigue estando tan tenso como al principio, como siempre. Una parte de ti siempre se quedará conmigo.
No hagáis como yo, no saquéis conclusiones precipitadas de cualquier situación. La palabra es la clave. Siempre hay una explicación para todo.

jueves, 26 de agosto de 2010

Cárcel cuadrangular.

Al igual que un preso cuenta sus días de condena, yo me pregunto hasta cuándo se mantendrá esta incertidumbre. Yo puedo hacer que cambie, quiero... hacer que cambie, planificarlo a mi antojo.
Y lo que venga después, ¿qué pasará?, siempre la misma pregunta, que se queda sin respuesta una y otra vez. Yo sólo pido un poco de estabilidad, un poco de, no sé, calma. Hasta ahora han predominado los sobresaltos, los cambios de humor, de estado anímico.
Desgraciadamente todo esto se pierde en esta cárcel prismática, en este taco de hojas escritas, en cada palabra que repito, en cada página que retengo.
Los recuerdos se amontonan entre las estanterías, los pupitres, los alógenos. Han sido tantas veces las que esa sensación de soledad ante el verdadero peligro, se ha agolpado en mi cabeza, junto con la de inseguridad, derrotismo, que ya no tengo fuerzas para continuar preguntándome el interrogante sin respuesta que continuamente mi cerebro formula incansable.
Pero todo es por mi culpa, ha sido, y es, una cadena de despropósitos, de comportamientos incorrectos que no son dignos de recordar. Lo que importa ahora es que todo pase, no importa cómo, porque no podría ir mucho peor o mejor de lo que va, sino que llegue a su fin.

Imagino que estoy dispuesta a esperar.

domingo, 22 de agosto de 2010

No words.

Ningún vocablo existente sería suficiente para describir el sentimiento de la estupidez, de creer que no se puede haber dejado más enterrado tu orgullo.
No sé cómo no se me ocurrió antes pensar en lo que podía pasar, y lo peor es que dejé que pasara. Aquéllo que más repulsión me produce, es lo primero que inconscientemente hice.
Definitivamente se puede perder el control de la forma más estúpida.

http://www.youtube.com/watch?v=EH8_dC8aMb8

jueves, 19 de agosto de 2010

''Aquí yacéis tú y el más mínimo resquicio de creer en ti''.

El sonido de las gotas de lluvia golpeando los cristales de mi ventana me sobresaltaron en medio de la noche. Era imposible volver a conciliar el sueño y más, teniendo en cuenta que las tormentas siempre despertaban en mí, una sensacion de inseguridad y torpeza que no conseguía callar ni la más armoniosa melodía.
Pasados unos minutos, después de que un trueno estridente me hiciera levantar de la cama, decidí enfrentarme a ella, nadie más para poder encubrirme, sólo unas cuantas partículas de H2O y sus estruendosos secuaces frente a un ser racional y las agallas necesarias. Y es que, ese fenómeno meteorológico no había hecho más que revivir y provocar situaciones que hacían que se me encogiera el estómago. Pero sin pensarlo dos veces eché a andar; qué más daba, al fin y al cabo, como he dicho antes, no había nadie más...
El suelo estaba empapado, no mucho más que todo mi cuerpo, pero aún así no podía dejar de caminar, esas ganas brotaban de alguna parte de mí hasta ahora desconocida. Cuando me quise dar cuenta, las luces que iluminaban la urbanización se iban haciendo más y más diminutas, hasta volverse imperceptibles a los ojos de alguien con dos horas de sueño y que pasea sin rumbo fijo en una noche de tormenta. De repente, un muro se levantó frente a mis ojos, surgió así, sin más, de entre la neblina. Comprendí entonces que estaba mucho más perdida de lo que imaginaba y que ese muro ya estaba ahí mucho antes de que yo me tropezara con él aquella noche. Pero estaba claro que un ''simple'' trozo de hormigón no iba a frenar mis ansias de recorrerme toda la ciudad en apenas media hora, así que, crucé la puerta y pasé al otro lado.
A partir de ese momento no sabría describir esa sensación de...total inseguridad, miedo, incluso me atrevería a decir, desnudez ante algo tan...majestuoso e imponente. Me quedé pensando, para variar, rodeando aquel grandioso...no sé cómo demonimarlo. Después de dar muchas vueltas al tema, en el sentido más literal de la expresión, noté que una esquina blanquecina brotaba del gran socavón que tenía frente a mí. Me agaché y desenterré con sumo cuidado el pedazo de papel que asomaba de entre el barro. Había algo escrito. Al ir leyendo cada una de las palabras allí escritas, noté que me ardía esa parte de mi cuerpo de donde había brotado mi miedo y ahroa también, todos mis más horrendos sentimientos y peores recuerdos.
Quise salir corriendo, huir, de aquel horrible lugar, al que, por casualidad o de manera inconsciente, había llegado. Pero no podía, mis piernas no respondían. Quise gritar pero por más que abusaba de mis cuerdas vocales, éstas no emitían sonido alguno. Noté como mi cuerto, movido por el viento, se tambaleaba y se volvía ligero, como restos de ceniza. Y sin poder remediarlo, me derrumbé y me desplomé en medio del hoyo gigante al que había observado durante horas. Allí, sin nadie para encubrirme, sólo mi cuerpo sin vida y unas cuantas partículas de H2O, que consiguieron, una vez más, ganar el orgullo y el amor propio de un ser racional.

Aquí o pisas o te pisan.

Tengo la bonita costumbre de ser más transparente que la vajilla de mi abuela. ¿Y por qué no?, así todo sería más fácil, no habría malentendidos, cero mentiras, cero decepciones.

De la forma en que se entablan ahora relaciones superficiales y profundas lo único que se consigue es todo lo mencionado arriba. Pero eso no es nuevo, la nueva aquí soy yo.

Adoro la inteligencia emocional del ser humano.



lunes, 9 de agosto de 2010

A punto de volver a caer.

Esa noche los latidos de mi corazón sonaban más que cualquier música estridente de nuestro alrededor, esa noche mi pulso iba más rápido que cualquier máquina de cuatro ruedas que notara nuestra presencia. Esa noche... cometí uno de los errores más... no sé, si quiera sé cómo llamarlo, de lo único de lo que soy consciente es de que, sutílmente, estás volviendo, y no sólo tú, si no tus caricias, tus llamadas de atención, tus abrazos. Y no puedo evirtar evitarlos, soy incapaz de no rendirme, de no dejar que pase, porque volverá a pasar, volverás a... mí. El primero, el último hasta entonces, el mejor y el peor hasta ahora.
¡No me lo puedo creer!...me he quedado sin respiración, hoy es el día, hoy en este mismo instante hace tres años. Lo mejor es que tú no te acuerdas, ni si quiera te acordabas de por qué terminaste. Aunque yo ya me lo imaginaba, todo era demasiado perfecto, incluso mágico, era am... amistad de otra manera, imagino.
Anhelo aquéllo que fue tan efímero, tan intenso, tan erróneo, sentir tu aliento en mi cuello, tu respiración marcando la sucesión de todos mis movimientos.
No debería estar escribiendo esto, porque cuando escribes algo, lo haces más real, porque si esto lo hago más real, sólo habrá un pequeño paso hasta que se haga realidad finalmente y si eso ocurre, será demasiado tarde para echarse atrás.
Si no hubieses vuelto, yo no me habría vuelto a arrepent... acordar, no estaría escribiendo esto y no ansiaría volver a empezar lo que terminó.


http://www.youtube.com/watch?v=qOlFwNke1i4
Esto no sirve de nada, imagino que para intentar volver a ''sentir'' lo que en su momento fue.