jueves, 28 de octubre de 2010

Haz que ellos crean en ti!

Bendito elixir que todo lo escupe.
Adoro las  noches de CONFESIONES, de secretos, de imposibles, de verdades, de sucesos insólitos...
El manto oscuro dónde duermen las estrellas hace que todo se vuelva alocado, excitante... lleno de deseos insaciables.
Nunca, desde hace mucho tiempo me sentí tan llena, con tanto por ver, por desvelar, por aprender, por escuchar, por reir, por observar, por compartir...
Un cambio, un giro de 300 grados, una mera novedad, eso es lo que necesitaba desde hace mucho tiempo.

''De pronto la vida brinda una oportunidad''.

domingo, 24 de octubre de 2010

Esta vez, me toca oir, ver y...hacer.

Aunque fuese con preaviso, no tenía ni idea de cómo iba a ser el entrar en aquel  lugar.
No me hubiese podido imaginar ni por un momento que la primera vez allí fuese para... eso que iba a hacer, y menos con ella.
Era una tarde soleada, ideal para pasear a la ribera de un río, para sentir la brisa en tus ojos, para dejar la mente en blanco. Pero al entrar en ese recinto irregular, lleno de... ''cajas'' se te cerraba el estómago, no sabes dónde mirar, porque mires a donde mires todo es igual... igual de sobrecogedor.
Yo no tenía miedo de lo que me pudiese encontrar allí, sino de su reacción. Pero aquella tarde de sábado no calleron más lágrimas que las que dejaba pasar la boca del grifo.
En realidad ella tenía razón, lo único que he hecho ha sido evitar hablar del tema inconscientemente. Pero todo tiene una explicación...
Soy incapaz de ver a una de mis máximas figuras de autoridad, a uno de los pilares más fuertes viniéndose abajo como si de una montaña de arena se tratase, viéndola sumirse en un torrente de lágrimas, viendo cómo sufre una pérdida que yo, algún día, también sufriré. No soy capaz ni siquiera, de articular un ''cómo lo llevas'' por si esas tres palabras pudiesen ser el detonante de tanta tristeza.
Por todo esto, ella no me quiere de la misma manera. Lo único que he hecho es decepcionarla.
Si tengo edad para abrir la puerta de la entrada al llegar el alba, también tengo edad como para afrontar obligaciones, problemas y situaciones de todo tipo.
Ojalá pudiera cambiar esa parte de mí, ojalá pudiese acallar ese miedo.
Hasta entonces, seguiré soñando con el día en que ella me suplique un abrazo.

domingo, 10 de octubre de 2010

Probablemente, exageración.

No sé muy bien por dónde empezar.
Quizás, porque veo que el fin está mucho más próximo de lo que creía.

Las lágrimas de la impotencia calan mis mejillas, y con ellas, desecho cualquier resquicio de malestar; pero también, tiñen el presente de un tono amargo intenso.

Y es que, todo forma parte ya del pasado.            
LEJANO.
La nostalgia se ha convertido en rutina. Y la rutina... acaba conmigo.

Me gustaría poder plasmar aquí, con unas cuantas míseras palabras, el dolor y la rabia que me reconcomen las entrañas cada vez que miro al frente, cada vez que oigo el murmullo repetitivo del gentío, que no hace más que presionarme y ahogarme, haciéndome creer que nada irá a mejor.

No es justo que diga esto viendo las circustancias que me rodean, pero, para mí es inevitable pensarlo...
Al que igual que ansiar gritar que, ''OS ECHO DE MENOS''.

Send me on my way.

domingo, 3 de octubre de 2010

Percepción

Resultaría maravilloso poder gritar que me produce total y absoluta indiferencia cualquier cosa que no sea ajena a mí. Me encantaría poder subirme a lo alto de cualquier tarima y hacer lo primero que se me pasase por la cabeza, sin tener que reparar en las miradas desconcertantes o ridiculizantes de los que estuvieran a mi alrededor.

Yo fui capaz de no sentir,
yo pude hacer como si nada...

Pero cuando conoces, cuando sientes, cuando vas demasiado lejos, dudas. Te entra el miedo. Antes, era sólo yo, independiente. Hasta que conocí, una vez que fui capaz de sentir, no hubo marcha atrás, todo empezó a estar en la cuerda floja.

El que tenga el privilegio de conocer
está condenado a sentir.

La inseguridad es una camisa de fuerza que algunos consiguen romper con la misma facilidad con la que otros sucumben en el intento de hacerlo. Yo, conseguí romperla, pero ahora más que nunca, en vez de una camisa, es una capa fría y dura, resistente a cualquier insaciable oportunidad de hacerla desaparecer.

Echaba de menos los días lluviosos, será porque gracias a las gotas de lluvia que calan y atraviesan mi piel, esa capa va desintegrándose...poco a poco. También puede que sea porque las jornadas de tormenta siempre coinciden con los momentos de aislamiento absoluto y exagerado.

Acabo de descubrir mi nueva fuente de inspiración.