domingo, 10 de octubre de 2010

Probablemente, exageración.

No sé muy bien por dónde empezar.
Quizás, porque veo que el fin está mucho más próximo de lo que creía.

Las lágrimas de la impotencia calan mis mejillas, y con ellas, desecho cualquier resquicio de malestar; pero también, tiñen el presente de un tono amargo intenso.

Y es que, todo forma parte ya del pasado.            
LEJANO.
La nostalgia se ha convertido en rutina. Y la rutina... acaba conmigo.

Me gustaría poder plasmar aquí, con unas cuantas míseras palabras, el dolor y la rabia que me reconcomen las entrañas cada vez que miro al frente, cada vez que oigo el murmullo repetitivo del gentío, que no hace más que presionarme y ahogarme, haciéndome creer que nada irá a mejor.

No es justo que diga esto viendo las circustancias que me rodean, pero, para mí es inevitable pensarlo...
Al que igual que ansiar gritar que, ''OS ECHO DE MENOS''.

Send me on my way.

2 comentarios:

  1. Creo que estamos en las mismas, pero aún espero que dentro de poquito, las cosas se vuelvan estables, los horarios y el tiempo se regularizarán y podremos hacernos nuestro propio horario y con ello:Horas de estudio juntas, paseos, frio, domingos en una mesa del rojo... Esas cosas que ahora llevamos tiempo sin permitirnos...
    Todo llegará mientras sigamos queriendo que llegue.
    =D
    ¡Yo también NOS echo de menos!

    ResponderEliminar
  2. La diferencia entre echar de menos algo que vas a volver a tener y algo que no es que el primer caso es un sentimiento sano, que aumenta la ilusión del reencuentro, y el segundo no, el segundo es sólo impotencia y dolor.
    Aprovecha que tus sentimientos encajan con el primero.

    ResponderEliminar