Unas luces alumbran en medio del silencio, todas las miradas están clavadas en mí, es una sensación extraña, como de poder, superioridad e importancia sobre cualquier cosa que me rodea. Pero no estoy sola, hay alguien a mi lado, parece que siente lo mismo que yo, lo puedo ver en sus ojos, nuestras miradas se cruzan cómo si quisiesen decirse algo, pero no hace falta, el estar ahí basta como para que se entiendan a la perfección, parece que sean cómplices de lo que va a pasar en unos segundos. Y efectivamente, porque de repente, sin darme cuenta, empieza a sonar una melodía, unos cuantos gritos brotan de esas miradas y poco a poco algo dentro de mí tiene ganas de gritar también, de saltar, de perder el control pero siguiendo ese sonido armonioso y estridente que está recorriendo mi interior y que hace que me sienta con una fuerza sobrenatural e increíblemente inalcanzable para cualquier otra persona. Es increíble, que satisfacción, la otra persona me sonríe, amb@s sabemos lo que acaba de pasar, pocas personas tienen la oportunidad de saber lo que es. Pero...un momento, ¿qué es eso?, ¡ah! sí, es la realidad.
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