lunes, 20 de septiembre de 2010

Never again.

Ayer, otra vez, no fui capaz de decirte que no; y tú, sin dudarlo, lo aprovechaste sin ningún tipo de reparo.
Te odio, ¿me oyes?, te odio.
No, en realidad no, pero no aguantaría un segundo más teniéndote cerca y viendo que tú, haces caso omiso a todo lo que has tirado por la borda, así, como si nada, como si el desprecio fuese el mejor método para conservar algo.
Después de lo de ayer, no me atrevo ni a mirarme a los ojos, porque sé que no voy a ser capaz de aguantarme la mirada, de la misma forma que ayer no fui capaz de decirte, ‘’NO’’, o simplemente de dedicarte silencios cortantes.
Nunca voy a poder comprender cómo haces, cuál es tu secreto para dar la impresión de que todo sigue igual, cuando es evidente que no, que sólo me hablas cuando me has visto el día anterior. Pues déjame que te diga, que para mí eso no significa nada, que yo no voy a volver a caer, aunque sea eso lo que tú pretendes. Pero también voy a ser realista, aunque parezca que mi indiferencia no se derrumba, lo hace cada vez que tú intentas transformarla en cariño.

1 comentario:

  1. Me gusta tu actitud de nevereguein, creo que haces lo correcto, aunque sea duro. Lo único que se merece esa persona es esta entrada de despedida.

    ResponderEliminar