viernes, 21 de mayo de 2010

Un penoso final para un gran principio.

Admiro tu desvergüenza, tu desfachatez y tu falta de agradecimiento. Si al final no lo hice fue por ti, si al final me sentí como... creo que no tengo palabras para describir esa sensación de, culpa, rabia y dolor, pero si en algún momento algo mi interior sintió todo eso, fue por ti, si no te dije nada fue porque creía que tendrías el valor de hacer algo antes de que fuese demasiado tarde.
Pero ahora, efectivamente, es tarde, tarde para disculparte, tus disculpas son como una melodía repetitiva y odiosa que taladra mis oídos provocando únicamente repulsión. Tu postura de persona adulta albergando en su interior un espíritu inmaduro es tu peor rasgo, sin embargo, eso da igual, porque mi actitud siempre será infinitamente peor que la tuya. Eso sí que es madurez, eso sí que es sentido común, eso... eso es lo que hay.

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