viernes, 19 de marzo de 2010

palabras(distinto de)hechos

Cómo nos gusta hablar, prometer sin cumplir, garantizar sin demostrar. Las palabras no sirven, son demasiado frágiles y se las lleva el viento.
¿Por qué no dejas de mirar tu ombligo y empiezas a darte cuenta de lo que está pasando?, ¿por qué no dejas de insinuar lo que tú no puedes aceptar?, ¿por qué no dejas de crear una imagen que no eres capaz de mantener?. El día que tu yo más sincero sea capaz de contestarme, el día que dejes a un lado tu envidia, el día que comprendas que un trato implica a todos los que lo han pactado, no sólo a una de las partes, ese día puede que por fin seas capaz de ver y sentir lo que yo siento. Pero por ahora es mucho mejor alcanzar momentos sublimes y de pronto, exterminar cualquier suspiro, cualquier caricia, cualquier mirada, cualquier momento en el que se haya manifestado un mínimo de tranquilidad y normalidad.

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