domingo, 13 de febrero de 2011

Dream on.

El suave tacto de las sábanas me cubría, era realmente reconfortante. Me incorporé, nunca había estado en ese lugar, por lo menos que yo recordara; aunque, a partir de ahora, eso cambiaría. Era como una pequeña habitación dentro de otra. La que estaba dentro era como un refugio, un escondite, un lugar secreto al que parecía que nadie tenia acceso. De repente, alguien entró. Cogio unas púas y se sentó a mi lado. Me las estaba enseñando, como si yo se lo hubiese pedido. Había una en especial, preciosa, que era roja, con algo escrito, no lo recuerdo con exactitud. Cuando me dispuse a cogerla para poder observarla mejor, rocé su brazo; y, a continuación, su mano; en ese mismo instante ''algo'' demasiado fuerte recorrió todo mi cuerpo e hizo que perdiese totalmente el control y me precipitara de espaldas, a un vacío interminable y angustioso, pero también, algo placentero.
¡Qué patada más desagradable!
''Buenos'' días.

1 comentario:

  1. No entiendo nada, pero no sé muy bien por qué, me gusta. El estilo es un poco distinto a como sueles escribir tú, más corto, más contundente.

    ResponderEliminar