lunes, 7 de febrero de 2011

-Éxtasis-

Cuando los susurros del viento se hacen canción, cuando el más mínimo ápice de ilusión te ahoga en un mar de felicidad, cuando... cuando no sientes nada más que plenitud.
Quién no ha sentido alguna vez que hay algo dentro de sí que va a estallar de profundo y repentino placer, que todos sus sentidos son capaces de captar hasta el grito más silencioso.
Hoy hasta el más cuerdo está dispuesto a perder la cabeza por un instante, tal vez eterno... o quizás, efímero.
Yo me quedo con los encuentros inesperados frutos del juego que el destino se trae entre manos con dos almas elegidas al azar. La incertidumbre y el vértigo que se funden sin reparos y que no provocan otra cosa más que un deseo imparable de ir un poco más allá, de... experimentar, dejarse llevar.
Casi no noto el suelo, de repente me siento demasiado arriba. No está del todo bien eso, mejor caminar de puntillas. Sí, así mejor, puedo rozar tierra firme.

3 comentarios:

  1. ¿Pasó algo de lo que no me he enterado? Cejas cejas

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  2. Naaah... está un pelin exagerado, pero no, aún así, no te has perdido nada x)

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  3. No sé por qué no te lo había dicho, pero qué bonita es esta entrada.

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