miércoles, 8 de diciembre de 2010

-Una posible explicación-

De repente me rodeaste con tu brazo, creo que eso me hizo entrar en calor. Esa noche, llovía como no lo había hecho en mucho tiempo, y el frío cortaba la circulación a cualquiera. Dicen, que el calor humano es el mejor remedio contra cualquier situación parecida. No les falta razón.

No voy a mentir, anhelaba verte, abrazarte, estar a tu lado... anhelaba este mismo momento. Y, ahora que por fin ocurría, era como si me hubiesen arrancado cualquier sentimiento hacia ti, por mínimo que fuera. ¿Qúe significaba esto?, a veces me cuesta entenderme. Lo único que salía de nuestras bocas eran palabras. No hay quejas al respecto, pero según ambas partes faltó algo.

Hoy, creo que sé lo que me faltó, y no fue precisamente lo evidente, sino algo más complejo, algo, por lo pronto, casi imposible.

Me faltó disfrutar de la lluvia. Me faltó sentir. Me faltaron fragmentos subliminales de canciones intencionadas y, quizás, que esa persona no fueras tú.

Quizás, tan probable como improbable.

Unos cuantos minutos bastan para volver a lo de siempre, pero esta vez de otra manera. Porque no quería dejarlo estar ni pasar, y menos, hacer como si nada.

http://www.youtube.com/watch?v=nQuSWqoYJyE

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